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Introducción a la Francia de ultramar

Posted on: déc. 10, 2018 | Author: | Categories: Filatelia - Sellos, La Francia de ultramar y la filatelia
Introducción a la Francia de ultramar

El Ministerio de Francia de ultramar

Ahí tienes cómo en 1948, el Ministerio de Francia de ultramar hacía la promoción de este último para los coleccionistas de sellos.


Francia, no es sino el bonito país donde nació, dónde vive, la extremidad occidental del continente europeo; es también un extenso imperio, bonito, rico, a los aspectos variados, a los contrastes potentes, a los numerososdistintos recursos y.

    Todas las razas, todas las religiones, todas las culturas se codean con fraternalmente. En muchos lugares, Francia se hizo la guía y al profesor del pueblo menos evolucionado.

    De ningún de los cinco continentes nuestro país no es ausente. Gracia tanto a su ingeniería como a este extenso imperio, Francia adquirió y podrá conservar su influencia y su radiación en el mundo.

    Se nos instala en efecto sobre una y la otra orilla de este Mediterráneo que vio abrirse la Antigüedad, madre de nuestro pensamiento; conquistamos y pacificamos a este Sahara inhospitalario, muy conocido insuperable durante siglos: servicios automóviles regulares lo cruzan en los dos sentido y el avión lo sobrevuela constantemente.

    Nuestra bandera flota tanto sobre los bajos llanos de los deltas indochinos como sobre los bordes de amplios ríos como Níger y el Congo, sobre las orillas de los mares interiores como el Chad, en el centro del bosque ecuatorial del centro de África o América.

    Las islas del Pacífico se bañan a clanes la calma soleada de sus lagunas, mientras que se pierde a nuestros compatriotas de las islas Pez de San Pedro y Miquelón en las brumas congeladas del Atlántico Norte, último vestigio de nuestra penetración en el Nuevo Mundo.

    En todas estas regiones, desde nuestra instalación a menudo pacífica, más guerras internas, de saqueos, masacres, hambres. Aportamos a todas las paces y una mejor vida.

    Las grandes y fatales epidemias que, demasiado a menudo, devastaban estos territorios, están por todas partes en regresión señalada gracias al esfuerzo de nuestros científicos, a la dedicación de nuestros médicos. Por todas partes, la población autóctona aumenta; en un siglo, el número de los Árabes de Argelia duplicó.

    Sea orgulloso de este gran imperio que, de 1814 a 1915, intrépidos pioneros, valerosos soldados nos dieron, y quienes funcionarios, colonos y misioneros pacificaron y valorizaron.

    Pero este imperio de ayer no será el de mañana; se elabora bajo sus ojos a una gran Unión francesa, en la cual tonos el pueblo aún supeditado va a convertirse en nuestro igual y nuestros asociados.

    Ya que, debe nunca olvidar que es orillas del Congo y orillas del Chad que es-parte este ejército que debía pelar el Alemán fuera de nuestra Francia y liberar el suelo consagrado de la Patria opresa durante cinco mortales años.

La unión Francesa

La Unión Francesa constituía en superficie uno de los grandes imperios del mundo. Se extendía sobre más de 12 millones de kilómetros cuadrados, lo que representa más de 20 veces la superficie de la Francia metropolitana, él contaba menos de 65 millones de habitantes en 1948.

Es sobre el continente africano que nuestra instalación es la más considerable. Con los medios de comunicaciones de los que disponíamos, Brazzaville en el centro de África, éramos a tres días de París. El Mediterráneo no era más una solución de continuidad, sino al contrario un elemento de unión entre los dos continentes.

Con nuestras posesiones del Océano Índico, “África Negro” y “África Blanco” representaban cerca de 10 millones de kilómetros cuadrados.

En Asia, se nos instalaba en los cinco contadores de la India. Durante el siglo XIX, habíamos tomado pie en la parte oriental de la península indochina, sobre 750.000 kilómetros cuadrados.

Nuestros departamentos de América eran los más antiguos. ¿Ya no habían celebrado el tricentenario de su fijación a Francia? No eran con todo más que islas difundidas en el Atlántico Norte y el mar del Caribe. Sobre el continente, nuestra sola posesión era Guyana.

Los pequeños islotes de Pez de San Pedro y Miquelón son los únicos restos de esta Noticia-Francia que se extendía de los bordes congelados de la bahía de Hudson a las bocas de Mississippi.

Por fin, en el Pacífico, este océano a la importancia creciente, nuestra presencia se hacía sentir sobre las islas y archipiélagos agrupadas en formaciones administrativas distintas, Nueva Caledonia, Wallis y Futuna, Nuevas Hébridas y los Establecimientos franceses de Oceanía.

Vamos a intentar, a través de varios artículos, hacerle descubrir toda la riqueza y el interés de los sellos de la Unión Francesa.

    África el Septentrional
    El África Occidental
    Togo y el Camerún
    El África Ecuatorial
    El Océano Índico
    Asia
    Oceanía
    América

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